Antecedentes
A final la primera mitad del pasado siglo se habían pasado los años 40 y 50 de penurias y escasez y el cambio de modelo económico que se inicia en 1951 se concreta con el “Plan de Estabilización de 1959”.
Con la entrada de capital extranjero y el aumento de la tecnificación se sientan las bases del desarrollo industrial de Madrid que se convierte en una de las zonas más industrializadas de España, mientras que el sector servicios experimenta un importante desarrollo.
Todo ello produce un crecimiento de la población por el proceso migratorio desde el campo, sobre todo procedente de las dos Castillas, Andalucía y Extremadura. La falta de viviendas es acuciante y aparecen núcleos chabolistas en la periferia de la capital.
En aquella época, Moratalaz, que estaba situado en el extrarradio de Madrid, era un terreno escasamente habitado donde solo se encontraba el Hogar del Ferroviario, construido en 1925 y que aun subsiste, y el Barrio de las Latas, un poblado de viviendas humildes situado en las proximidades del arroyo Abroñigal, por donde discurre hoy la M-30. El resto del territorio estaba destinado a terrenos de labor, campo de artillería y alguna finca aislada.
En 1956, la empresa URBIS compra una buena parte de estos terrenos, comienza a const
ruir viviendas a partir de la zona más próxima a la actual M-30, hace la primera entrega de llaves en 1960 y en 1965 las construcciones ya casi cubren en su totalidad el territorio en el que presta su servicio en la actualidad la Parroquia.
El 9 de mayo de 1964 toma posesión de su cargo, como primer Arzobispo de Madrid, don Casimiro Morzillo González y una de sus prioridades realizar un estudio para la construcción de parroquias en los nuevos barrios que se están construyendo en Madrid.
Fruto de esta iniciativa, en el año 1965 se erigieron un total de 216 parroquias en Madrid.
El 3 de marzo de 1965 el Arzobispo firmo con la empresa URBIS la cesión de los terrenos necesarios para la construcción de parroquias en Moratalaz
Parroquia de Nuestra Señora de la Esperanza
Una de las propuestas del Arzobispo Morcillo para la construcción de parroquias fue el transformar en parroquias las iglesias que las Órdenes y Congregaciones Religiosas regentaban en el centro de la capital, haciéndose cargo de un número igual de parroquias en lo que, en aquella época, era el extrarradio.
Siguiendo esta propuesta la Iglesia de San Manuel y San Benito, regentada por los Padres Agustinos, se convierte en parroquia y estos se comprometen a regentar una parroquia de nueva creación.
El 12 de abril de 1965 se proclama el decreto de creación de la parroquia de Nuestra Señora de la Esperanza, desmembrándola de la parroquia de la Merced, que entra en vigor en 1 de junio del mismo año.
El 16 de noviembre se firma el contrato entre el Arzobispado de Madrid y la Provincia Agustiniana del Santísimo Nombre de Jesús de España, por el que ésta se hacía cargo de la nueva parroquia.
El 20 de noviembre es nombrado Párroco el Padre Gonzalo Gómez-Zamalloa, de 35 años, y coadjutor el Padre Esteban Labrador García, iniciándose las tareas parroquiales a partir del 28 de diciembre del mismo año.
Es el comienzo de nuestra historia, que también es la tuya, y la de tantos hombres y mujeres que dejaron una huella inolvidable en nuestras vidas.
Las instalaciones de la nueva Parroquia eran muy sencillas, como el barrio, aunque pronto los agustinos construyeron un nuevo templo “polivalente”, y una vivienda. Pero, por encima de todo, se creó una Comunidad Parroquial tan viva, y tan fraterna, que, aún hoy, muchos seguimos añorando. A ello contribuyó especialmente la estrecha relación de cercanía, de familia, entre los sacerdotes y fieles. ¿Recordáis las Eucaristías?,¿las procesiones por el barrio con el Cristo, el grupo de Catequistas, el grupo de teatro, y el equipo de balonmano?
¿Recordáis los grupos de música, y las Primeras Comuniones, los bautizos, las Confirmaciones (que había que hacer en dos días porque no cabíamos en el templo), y el Cine para todos, y los irrepetibles festivales “Promoción” ?, ¿el Hogar de los Mayores, los grupos de jóvenes, las largas tertulias después de la misa?…
Las puertas siempre abiertas, y una silla preparada para el encuentro, con amigos, bajo la parra.
Parroquia de Santa Ana
El 15 de mayo de 1965 se firma el decreto de erección de la Parroquia de Santa Ana, desmembrándola de la de Nuestra Señora de la Merced. El decreto entra en vigor el 29 de junio. Provisionalmente la parroquia se ubicó en los bajos de un edificio mientras se construía la iglesia que hoy conocemos situada en el número 35 de la citada calle de la Cañada.
La iglesia y el complejo parroquial se deben al arquitecto Miguel Fisac Serna y fue el primer templo proyectado siguiendo las directrices marcadas por el Concilio Vaticano II. Las misas ya no eran en latín ni de espaldas a los asistentes. Para ello Fisac diseñó una planta en forma de óvalo en la que todo converge en el presbiterio. Los bancos, también diseñados por Fisac están dispuestos en forma de abanico en el que el altar es su centro.
La idea inicial fue la de proyectar cada uno de los espacios: los destinados a la labor social, a la formación religiosa y cultural, al esparcimiento y al fomento de relaciones interpersonales entre los fieles, a la orientación espiritual, etc., respetando sus fisonomías propias, presididos todos ellos, naturalmente, por el Templo, pero formando una unidad, aunque jerarquizada. Esa jerarquía tiene su expresión plástica en los volúmenes de cada uno de esos espacios. La homogeneidad de la cubierta le da la unidad querida como Complejo Parroquial.
Las esculturas son obras originales de José Luis Sánchez… La vidriera del Santísimo Sacramento es obra del pintor A. Úbeda
La nueva iglesia fue consagrada solemnemente por el Arzobispo de Madrid, Monseñor Casimiro Morcillo, el 18 de diciembre de 1966. Desde los comienzos es Párroco de Santa Ana D. Bernardino Herrador Herrero, sacerdote diocesano.
Conoce la inaguración de nuestra parroquia en el noticiario español del NO-DO.
Presentado por Matías Prats (Padre) en el que entrevista brevemente al arquitecto de este templo.
(aportación de Inma Herranz)
En marzo de 1977, el Provincial, Padre. Nicolás Castellanos, solicita al Arzobispo de Madrid, la 
adjudicación de Santa Ana con el fin de unificar ambas parroquias. El de 14 de junio el arzobispo de Madrid, Cardenal D. Vicente Enrique y Tarancón, comunicó a la Comunidad Agustiniana de Moratalaz su decisión de que se hiciera cargo también de la parroquia de Santa Ana, con una superficie de 3000 metros cuadrados, suficientes dependencias parroquiales, cuatro viviendas para los sacerdotes y para una Comunidad de religiosas Mercedarias que, desde enero de 1966, atendieron un dispensario y un pequeño colegio durante 22 años.
El 24 de septiembre de 1977, los agustinos comenzaron también en Santa Ana el servicio pastoral, funcionando desde entonces, ambas parroquias, unidas en lo pastoral, en lo económico y en lo litúrgico.
Parroquia de Santa Ana y la Esperanza
El 7 de septiembre de 1988 se aceleró la unión de estas parroquias, al quedar totalmente destruido el templo de Nuestra Señora de la Esperanza, e inservible su casa parroquial, por la caída de una grúa de construcción sobre ellos
La unidad jurídica, solicitada por el Párroco, Padre Demetrio Fernández, el 16 de mayo de 1989, fue concedida por Decreto del 24 de octubre de 1989, por el entonces cardenal-arzobispo de Madrid, D. Ángel Suquía, quedando erigida la nueva parroquia de Santa Ana y la Esperanza, resultante de las dos anteriores.
Durante estos años muchos agustinos compartieron nuestra vida y nuestra fe: Gonzalo Gómez-Zamalloa (Párroco en Nª Sª de la Esperanza), José Esteban Labrador García, José corredor García José Luis Marbán Santamarta (Párroco 1970), Rafael del Olmo Veros (Párroco 1973 y 1984), Antonio Matellanes Gallego, Manuel Herrero Fernández (Párroco 1977), Francisco Fernández Prada, Demetrio Fernández Oteruelo (Párroco 1987), Paulino Abajo Fernández, Eduardo Villacorta Montero, Epifanio Gallego Fernández, Fernando del Río Sendino, Agustín García Cilleruelo (Párroco 1995), Fernando Pérez de los Ríos, León Díez Franco, Jesús Caballero, Antonio Rivas González, Pablo Luna García, Juan Antonio Goyanes Martínez, José Luis de Miguel González, Luis Marín de San Martín (Párroco 1999), Isidro Labrador de la Parte, Cándido Martín Estalayo, José Luis Gómez Gude (Párroco 2002), Francisco García Calzada, Ángel Camino Lamelas (Párroco 2006),Andrés Baciero Perosanz, Jesús López García, Ismael Arevalillo García, Marcelino Gutiérrez Pérez, Jesús Baños Rodríguez, Herminio de la Red Vega, José Luis Martínez Martínez (Párroco 2015), Iván Pichel Macho
Además de los miembros de la Comunidad Agustiniana, ha participado en el servicio pastoral el sacerdote ya citado Bernardino Herrador Herrera (Párroco en Santa Ana 1965) y el sacerdote de la diócesis de Teruel, D. Aurelio Martínez. Para todos ellos nuestro cariño, nuestro recuerdo agradecido, y nuestra oración
